Thursday, February 28, 2013

Dueños de nuestro destino


“Debo reconocerlo:  soy su prisionero.  Mi idea original era distinta:  yo dominaría al Chac Mool, como se domina a un juguete; era, acaso, una prolongación de mi seguridad infantil.”

-Filiberto en Chac Mool por Carlos Fuentes

 

En el cuento Chac Mool por Carlos Fuentes, Filiberto compra una estatuita del dios azteca Chac Mool.  La estatuita cambia a un ser vivo.  Filiberto quería controlar a este dios de la lluvia pero no pudo.  Filiberto no hizo las cosas adecuadas para controlar a este dios.  A causa de esto, Filiberto se convirtió en el esclavo de Chac Mool.  A veces personas desean que sus metas salgan de la manera que ellos quieren.  Pero no pueden ver que la manera en que hacen sus metas no les lleva a el destino deseado.

Un ejemplo es La casa de Bernarda Alba.   En este teatro, Bernarda quiere orden en su casa.  Ella impone reglas estrictas de sus hijas para que no den mala imagen de la casa.  Bernarda les manda que no salgan a la calle por ocho años.  Pega a sus hijas para intimidar ellas.  Todas sus hijas son solteras mayores.  Bernarda piensa que puede gobernar las vidas de sus hijas con fuerza y reglas estrictas.  Piensa que esta controlando a sus hijas pero no es así.  La hija menor va en contra de las reglas y al final muere joven.  Bernarda no pensó que las personas tienen albedrio para hacer lo que quieren y no están completamente bajo su control.  Ella quería mantener orden por la fuerza pero no debía hacerlo así.  Hay que dominar una casa con amor.  Bernarda no gobernaba a su casa de la manera adecuada y, figurativamente, era prisionera de la imagen que quería mantener.  


Bernarda Alba

A veces queremos controlar aspectos de nuestra vida.  Hay algunas cosas sobre las cuales no tenemos control, por ejemplo, la decisiones de otras personas.  Pero hay otras cosas que podemos controlar.  Si no hacemos drogas adictivas, no estamos controlados por ellos y tenemos mas controlar sobre nuestra vida.  Si tratamos de vivir vidas rectas, esto es adecuado.  Entonces, no vamos a ser prisioneros de nuestras circunstancias sino dueños de nuestro destino. 

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