Thursday, January 17, 2013

La vida imposible


“-Yo soy un sueño, un imposible, vano fantasma de niebla y luz soy incorpórea, soy intangible: no puedo amarte:
-¡Oh ven; ven tú!”

En la Rima XI, dos mujeres están ofrecidas a Gustavo Adolfo Bécquer pero él no busca a ninguna de ellas.  Como dice la cita, busca “un sueño, un imposible.” Al principio pensé por qué Bécquer no elige la mejor opción.  No hay que buscar para la mujer completamente perfecta.  Nadie es perfecto.  Pero hay algo metido adentro de la estrofa que revela una característica humana.  Bécquer no está complacido con lo que puede lograr sino que lo que no puede tener.  La raza humana, o por lo menos yo, puede relacionar con el sentimiento de querer buscar lo ideal que tal vez no exista. 

No estamos completamente satisfechos con algo que tenemos o lo que podemos lograr.  Pero tenemos una imagen de lo que queremos y buscamos esa imagen.  De lo que hablamos en clase, parece que la película Midnight en Paris es un buen ejemplo, pero no la conozco.  Así que otro ejemplo es el hijo pródigo.  El hijo pródigo estaba viviendo bien para su época.  Su padre tenía siervos y campo.  Parece que no estaba contento de lo que tenía o lo que hacía.  El hijo tenía una herencia pero quiso salir de su hogar y gastar toda su herencia, “viviendo perdidamente.” Estaba buscando la vida que quería e idealizaba pero perdió todo.  Por suerte se dio cuenta de los errores en su pensamiento y volvió a la casa de su padre un hombre mejor.  


Si el hijo pródigo tuviera mas plata capaz lo habría gastado mas buscando la vida que quería.  Anoto en mi vida que a veces pongo metas que no puedo lograr.  Me enfoco en lo que pienso es perfecto pero es un sueño, un imposible.  A veces es mejor ser feliz con lo que tenemos.  Hay que tener la vista amplia y no enfocarnos demasiado en que algo sea exactamente como queremos.   

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